De: Patente de Corza

Con Patente de Corza, la poeta edita no solo un volumen sabiamente estructurado con modernidad visible, sino también el que es para nosotras su mejor, su más hondamente lirico y a la vez sobrio poemario, bajo un léxico de eficacia semántica en la que “moldea un dolor diferente”, navegando solitaria aunque emotivamente unida al entorno familiar y citadino en la firme nao de su existencialismo cerebral profundo donde emergen alusiones histórico-geográficas, versos de  canciones populares, referencias textuales a poetas celebrados y esos oleajes solares de un humorismo a ratos surrealista que conmueven, encantan y hacen meditar.

Ileana Espinel

 Poesía con los ojos virados hacia dentro. Cámara que televisa latido a latido, milímetro a milímetro la cotidiana experiencia de vivir. Cuando dice “Yo fui ese tren que me dejo sin piernas”, deja escapar como a través de un cráter toda su intensidad interior. Las referencias encajan a plenitud en el discurso poético, el lenguaje exactamente se acomoda a las vivencias como un guante a la mano, una afilada ironía se cierne en las palabras y las contraposiciones y retruécanos, elementos que Sonia Manzano utiliza con mucho acierto, centellean a cada paso.

Euler Granda

De: Último regreso a Edén

El hecho de que Último regreso a Edén sea el décimo poemario de Sonia Manzano no es algo que se dé todos los días en nuestros lares. Y que todos tengan una calidad cada vez más uniforme es algo aún más infrecuente. Aunque la voz poética se considere <<una expulsada del Edén viajando en el vacío del destiempo>>, estamos ante un libro que nos acoge y no nos expulsa, que nos llena de cualquier carencia, un poemario publicado a tiempo por una de las orfebres más consecuentes de la poesía ecuatoriana.

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De: Espalda mordida por el humo.

Con este nuevo libro ha logrado ampliar un discurso desde el culto gesto del barroco (por la riqueza idiomática y por ese guiño de ojo que le hace a Sor Juana, a Góngora, a Lope, los místicos, a la historia bíblica y a esa atmósfera medieval y religiosa). Además, la emoción y la conmoción que logra con su discurso riguroso y libertario. Una voz juguetona con todos los convencionalismos del lenguaje y de la vida: hace retruécanos a los significados y a los significantes, a la vida de una voz poética que no renuncia nunca a un estilo: porque eso es Sonia Manzano, un estilo, una voz única, la portadora de un nuevo plano de arquitectura para construir sobre lo ya dicho. Descarteciana: de todo duda, a todo lo vuelve de otro matiz. Se arrima a otros discursos y los revitaliza, los vuelve novedades, se deja ir por el absurdo y regresa airosa y con una sonrisa a medio morder.

Xavier Oquendo Troncoso

De: Flujo escarlata (segunda edición)

El discurso narrativo de Sonia Manzano, es la propuesta de quien posee un dominio absoluto del manejo del lenguaje, el que fluye en sus manos con la maestría de un trabajo que no conoce de improvisaciones, ofreciendo textos sin rebuscamientos innecesarios, más bien que sorprenden por el juego semántico cargado de ironía, humor negro a ratos y metáforas poéticas propias de su admirable trayectoria en la lírica ecuatoriana.

El Flujo escarlata (1999), cuentario que mereciera el premio Joaquín Gallegos Lara del Municipio Metropolitano de Quito y que hoy es reeditado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, está compuesto por once relatos, cuyos argumentos se centran en su mayoría en historias de mujeres, lo cual es una constante en la narrativa de la autora. Se inicia con cuatro personajes míticos, siguiendo con aquellos que emanan de lo cotidiano de la ciudad que envuelve a la escritora, al igual que seres fantásticos que surgen de un imaginario subyugador. Sonia hace suyo el idioma, lo laza y entrelaza, como el flujo y reflujo de las mareas, utilizando un “sarcasmo afilado” al que ella mismo se refirió en alguna ocasión, acaso porque con este fino e incisivo humor, se atenúa la profundidad conmovedora de cada historia.

    Estas son las “narraciones libres”, de Flujo Escarlata, las que se van tejiendo y destejiendo, como el suéter en la historia de Ariadna, donde la ficción se funde con tramas que pueden emanar desde un entorno real cualquiera. Cuentos de exquisita y magnifica factura, de ágil y seductora  asimilación para el lector, lo que confirma una vez más, que Sonia Manzano Vela, narradora, poeta, pianista, educadora y soñadora de sueños, es una de las escritoras más connotadas de la literatura ecuatoriana contemporánea.

Rosa Amelia Alvarado Roca

De: Eses Fatales

Escritoras, hetairas, musas, coprófagas, devotas del amor que no se atreve a decir su propio nombre… El almanaque de mujeres que habitan esta novela tan depurada es insólito, y destaca por el diálogo perfecto entre la cultura clásica y la contemporánea. Sonia Manzano ha diseñado con pericia personajes prohibidos que no siempre tienen cabida en la literatura.

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De: Solo de vino a piano lento.

Con esta, su mejor novela, Sonia Manzano llega al pináculo de sus artes narrativas con una sensibilidad que conmueve y sobre todo divierte presentándonos a Zulema Poveda, pianista del Bohemia, el café-bar más prominente del puerto donde confluyen artistas, pintores y músicos, esos <<bohemios con clase>> como reza la dedicatoria. Destaca el pulso con el que se logra mezclar el melodrama familiar con un inteligente estudio sobre la bipolaridad. El oscuro y travieso sentido del humor, presente en toda la literatura de esta poeta guayaquileña, no deja de asomar junto a esa vocación indeclinable por la mordacidad y la sorna lapidariamente lúdicas. 

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De: Trata de  Viejas

Sonia Manzano vuelve a sorprendernos y por supuesto deleitarnos con su nuevo libro, el cuentario Trata de viejas,  en cuyos textos su oficio se visibiliza en historias narradas, con un poco de ironía y otro tanto de ternura hacia personajes femeninos inmersos en tramas alucinantes, tragicómicas, misteriosas o comunes, pero siempre iluminadas por la estructura exacta de unos cuentos que no tienen otros limites que su propia trama.

Cenizas paternas trasladadas desde Sicilia a Guayaquil, una anciana prostituta y su proxeneta; Miss Península de Santa Elena en clave de humor e ironía; engaño a un marido coreano entre chismografía, son entre otras, las historias que Sonia Manzano ofrece en este nuevo libro que ratifica su condición de narradora, una de las novelistas y autoras de relatos cortos  ecuatoriana que más bucea en el alma de sus personajes, creándolos y contemplándolos con la sabia equidistancia que va de su autora a sus creaturas.

Trata de viejas, sin duda, constituye uno de los libros de cuentos más impactantes escrito por una autora ecuatoriana en los últimos años.

Eliécer Cárdenas

De: El ave que todo lo atropella

En la poesía de Sonia Manzano la palabra adquiere vida en la multiplicidad de sentidos, de imágenes y de impresiones que suscita. El verso es sensación y es estímulo, es cuerpo vivo que en limpia desnudez restituye el vínculo de comunicación y de entrega. Urge la imagen del poeta, la de la mujer de las sagradas escrituras, la del reino del lenguaje universal, la “depravada de la palabra”.

La mujer escritora que transgrede los preceptos del lenguaje y de la vida, que se sitúa en el preciso lugar de lo desconocido, en los linderos de lo permisible para proclamar la extinción de todo orden “en sus más cándidas formas”

Sandra Carvajal

De: La rosa que no vuelve: antología poética

Mujer de múltiples lecturas y de una contumaz, admirable desdeño con lo establecido y con la razón misma de la poesía, juega y delira, devasta y experimenta.

Escritura aconceptual, ¿anticonceptual?, que trata, en suma, de suprimir las líneas divisorias entre filosofía y literatura. Le apasiona hostigar, hurgar, seducir, convocar, personajes y sentimientos disímiles. Más que crítica de nuestro “valores”, creencias, prejuicios, pacaterías, moralismo, la poética de Sonia exhala subversión, exasperación, desafío y a ratos repulsión por lo que nos rodea. Relámpagos engendrados por su ardorosa palabra y que caen sobre todo aquello que hemos ido acumulando en nombre de la vida. “Nada es sin razón de ser”, dijo Leibniz. “No soy la mejor / ni la peor de todas / simplemente estoy fuera / de toda competencia.

El mundo poético de Sonia Manzano se aloja una criatura dura y tierna, sabia, traviesa y herida, por siempre insatisfecha y discrepante; esta, la que ha logrado una de las obras líricas más consistentes y controversiales de los últimos decenios no solo en Ecuador sino en América. “Una mancha de hollín / me está llegando al cuello / solo queda ocultarla con dos vueltas / de culebra suicida”.

Marco Antonio Rodríguez