Full de Reinas

Abrapalabra editores.

Ecuador, 1991

Abrazos arqueológicos 

Dos esqueletos juntos no hacen un amor prehistórico,

huesos ávidos de sí mismos

no hacen abrazos arqueológicos.

No necesariamente quienes ponen las mismas palabras sobre la mesa

mueren juntos en la misma cama.

Dos ausencias unidas por la espalda

duermen en un solo olvido.

Más piedras sobre estos huesos hubieran impedido

siglos de imprecisiones históricas.

Por ahora, todas estas palabras separadas

no forman más que momentos tardíos

dentro de un largo período deformativo temprano.

Vaciaré en bronce muecas zoomorfas

cuya estupidez vaya de oreja a oreja,

y colgaré una hamaca de cobre entre mis fosas nasales

para que así sea más fácil que pastoreen mi vida.

Si tenso el arco, como solía hacerlo,

le atinaré a la manzana de la garganta

y dejaré libre el pájaro de la cabeza.

Las puntas de estas flechas fueron sumergidas

en un odio de obsidiana,

no obstante, me curaré por su curare

de cualquier aberración histórica.

De huesos será la próxima crónica sobre la cual escriba.

Boomerang, regresa

y golpéame en esta terminal nerviosa

que aún emite señales.

Por la simple fricción

Por la simple fricción de las palabras

se llega al éxtasis.

En ésta, mi primera relación con el texto,

textualmente me revuelco en el lenguaje.

Entreabro los labios para decir “esta boca es mía”,

pero no sé si soy yo la que por esta boca está hablando.

No importa que nadie me recuerde en este último día

tan parecido al siguiente.

Algo que no es la rosa de otros días

fluye entre los muslos,

desangra para siempre entre los labios

la rosa que no vuelve.